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Elegir aceitunas sevillanas con IGP es elegir autenticidad y tradición. Descubre cómo el sello IGP garantiza sabor y calidad, apoyando la cultura olivarera de Sevilla.

En 1918, las mujeres desempeñaban un papel esencial en la industria de la aceituna de mesa en Sevilla. Explora su trabajo artesanal y su impacto en la economía y cultura local.

Esta fotografía es un documento vivo, una cápsula del tiempo que nos lleva de vuelta a las raíces de la tradición olivarera de Sevilla. La imagen captura el espíritu de una época donde la aceituna sevillana no solo era un producto de la tierra, sino también de la cultura y la comunidad.

Recolección de aceitunas de una forma peculiar, con escalera, chaqueta y mucho esmero, y es que recogían el fruto para consumo y no para transformación, no podía caer al suelo y dañarse.
Estamos ante el verdeo de la aceituna de mesa.

Mujeres trabajadoras del Almacén Nuevo por la calle Larga, en su confluencia con la calle Carne, tras haber terminado su jornada laboral, hacia 1968. Llevan las latas que, llenas de brasas, utilizaban para combatir el frío. Al fondo podemos ver el cementerio.

Toneles a la espera de ser cargados vía marítima en el Muelle de Nueva York, al fondo el Puente de Isabel II.

Trabajadores del almacén de aceitunas el Pollo a la hora de la comida, hacia 1935. Fotografía interesante en muchos sentidos.
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